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Actualizado el Jueves, 12 de octubre del 2017

Rodri aprovecha la lesión de Bruno para consolidarse

El heredero de Bruno Soriano, “Bruno Xiquet”, o “el nuevo Busquets”. Ésas son algunas de las expresiones que espetan con ilusión algunos aficionados del “submarino amarillo” cuando se refieren a Rodrigo Hernández (Madrid, 22 de junio de 1996). El futbolista madrileño apareció en el panorama futbolístico nacional con la etiqueta de promesa y rápidamente dio el salto al primer equipo del Villarreal Club de Fútbol.

Se trata de un jugador joven y con mucha proyección, en el que hay puestas muchas esperanzas para que, en un futuro moderadamente cercano, recoja el testigo del queridísimo por la parroquia amarilla y gran capitán de los castellonenses, Bruno Soriano.

La temporada 16-17 fue su primera campaña como miembro de la primera plantilla “a todos los efectos”, pero la pareja Bruno-Trigueros impidió que disfrutara de minutos con asiduidad. Solamente disputó 847 minutos repartidos en 23 encuentros ligueros. Sin embargo, el presente curso ha comenzado de forma diferente para “Rodri”. La baja por lesión de Bruno desde hace varios meses le ha abierto las puertas de la titularidad hasta el punto de haber acumulado 626 minutos en 7 jornadas, mientras que la pasada campaña no había disputado ni un solo minuto en otras tantas jornadas disputadas. Este inicio de temporada está siendo un tanto irregular para los castellonenses; incluso con cambio de técnico el jugador madrileño ha cuajado actuaciones meritorias y está siendo uno de los más destacados del equipo en las 7 jornadas disputadas.

El futbolista madrileño está teniendo la continuidad de la que careció la temporada pasada y eso se plasma en el terreno de juego. La acumulación de minutos es fundamental para su crecimiento, y sus prestaciones como mediocentro mejoran a medida que aumentan sus minutos en el terreno de juego.

Rodrigo Hernández es un mediocentro posicional. Con la llegada de Javi Calleja el dibujo del equipo ha variado, y el rol de “Rodri” también respecto al que tenía con Escribá. De formar con Trigueros en el doble pivote, el madrileño ha pasado a ocupar el vértice más retrasado en el rombo del centro del campo castellonense. La medular se configura de forma diferente y las funciones tanto ofensivas como defensivas del joven jugador también varían. Fornals, en una posición más centrada, Trigueros, Castillejo y Roberto Soriano una vez que coja rodaje y minutos, abarcan toda la labor de creación dejando al madrileño las labores de contención.

Con el cambio en la disposición de los futbolistas en el verde, el llamado a heredar la parcela de Bruno, pierde en llegada al área rival y en creatividad. Al mismo tiempo, aumentan sus responsabilidades defensivas y se convierte en el encargado de abarcar toda la zona ancha en la fase de recuperación. Su gran despliegue físico le permite ocuparse tanto de la zona central como de caer a ambas bandas para evitar superioridad de los rivales en la fase de recuperación.

Con el balón en los pies se desenvuelve con soltura en la distribución y no le quema el balón; es más, se puede afirmar que hasta tiene cierta habilidad para desenvolverse en espacios cortos y se siente cómodo jugando rápido y al primer toque si es necesario. Destaca por su excelente juego aéreo (mide 1.90) incorporándose al ataque en los balones parados. Sin ir más lejos, anotó un gol de cabeza en la jornada 4 ante el Alavés, aunque fue anulado por fuera de juego.

La siguiente tabla recoge el desglose de sus estadísticas y valoraciones en lo que llevamos de campaña: 7 balones robados, 20 pases interceptados, 3 tarjetas amarillas, más los ya mencionados 626 minutos. 

El listón en la medular castellonense está muy alto. La parroquia amarilla está acostumbrada a la excelencia y el liderazgo silencioso de Bruno, y la exigencia para el bueno de “Rodri” es máxima. Las prestaciones del castellonense son palabras mayores y las comparaciones son odiosas, pero Rodrigo Hernández es joven, tiene mucho de margen de mejora y tiene en el vestuario a uno de los mejores en el oficio. El madrileño debe ser paciente y aprovechar cada oportunidad que el nuevo técnico le brinde una vez que Bruno recupere su mejor versión y empiece a entrar de nuevo en la dinámica de grupo.

La comparación con Bruno Soriano es grosera, pero deja a las claras los aspectos de mejora en los que tiene que trabajar “Rodri”. Debe ganar en influencia y también en presencia para llegar a ser referente de cara a sus compañeros a la hora de iniciar las transiciones. El equipo sufre si “Rodri” no actúa como primer hombre en la construcción. Si el madrileño no aparece en esta tarea capital, la figura de enlace con los jugadores creativos en la zona de influencia para crear peligro es inexistente y los centrales se ven obligados a realizar desplazamientos en largo o a realizar conducciones largas para conectar con las posiciones de ataque. Por momentos, adolece de contundencia defensiva y el equipo se vuelve frágil. También se debe esforzar en mejorar su desplazamiento en largo.

El futuro de nuestro protagonista es esperanzador. Incluso forma parte del selecto plantel de promesas de nuestro fútbol en el combinado sub 21 de Albert Celades, donde el pasado martes colaboró anotando un tanto en la victoria 1-4 ante Eslovaquia. Todo indica que logrará ser un jugador capital y de referencia para el Submarino Amarillo, pero solamente la experiencia adquirida en el verde y la acumulación de minutos, le harán pulir los errores y aprender los trucos de su difícil oficio.