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Actualizado el Viernes, 20 de octubre del 2017

Ayestaran sí tiene armas para revertir la situación

Se las prometían muy felices los aficionados de la UD Las Palmas tras la buena imagen mostrada por el equipo en las dos últimas temporadas, pero las sensaciones que están dejando en este curso después de los ocho primeros partidos no son para nada alentadoras, más bien todo lo contrario.

Sin embargo, no debería extrañarle a nadie la situación que sufre en lo deportivo el equipo, puesto que el club no ha hecho las cosas bien este verano. Los resultados son la confirmación del desacierto en la gestión, una mala planificación y un cúmulo de errores que se han ido cometiendo desde el primer día.

En primer lugar, el caso Roque Mesa, la salida de un jugador tan importante requería un esfuerzo por parte del club para traer un sustituto de garantías, lo cual no sólo no se hizo, sino que además se confió en jugadores que nunca dieron la talla (Javi Castellano y Hernán), y tampoco se les espera.

Después vino el caso Boateng, que dejó el equipo a una semana de comenzar la liga alegando cuestiones personales, acción sin reacción y con poco margen de maniobra, otra pieza fundamental que hacía las maletas y abandonaba al equipo a su suerte.

Por otro lado, no debemos olvidar los casos graves de indisciplina que ha habido en el vestuario con algunos jugadores como Tana, desaparecido desde su último altercado en una discoteca, o las diferencias económicas y contractuales que surgieron con Jonathan Viera, aspectos que también han podido influir de manera negativa en el devenir del equipo y que empezaron a lastrar su rendimiento en los últimos meses de la era Setién.

Sin embargo, el caso estrella de este verano fue sin duda el de Márquez, que cogió las riendas del primer equipo como interino, o más bien como parche, ante la negativa de cualquier entrenador respetable que sabe cuál es su trabajo. Se mantuvieron contactos con varios, pero ninguno se concretó, y es que la estrategia del club presidido por Miguel Ángel Ramírez no permite que el entrenador se involucre en la configuración de la plantilla, lo cual es totalmente comprensible e incluso lógico, sino más bien que se limite a colocarlos en el campo. Fundamentalmente por esto Setién se marchó, el entrenador ideal para la UD Las Palmas por su idea de juego y filosofía dejaba el club, que no ha sido capaz de enderezar el rumbo desde entonces.

Ni Márquez, ni Pako Ayestarán, al que habrá que darle algo más de tiempo, han sido capaces de conservar la identidad del equipo, que ya no juega como sabe, sino más bien a base de balones largos, sin criterio, olvidando el toque y perdiendo de esta forma su esencia. Claro ejemplo de ello fue el partido contra el Celta en casa (2-5), en donde además, defensivamente fue un auténtico desastre, entre otras muchas cosas.

Este último partido fue un verdadero calvario, un triste espectáculo que ofrecieron los amarillos a todos los aficionados que se encontraban en las gradas, como si de una película de terror se tratase, pero que tiene que servir, cuánto menos, como punto de inflexión sobre el que fabricar o construir una nueva idea.

La defensa fue un auténtico cuadro. En los laterales, Michel acabo siendo sustituido en minuto 60 y el canterano Borja Herrera no estuvo muy acertado en labores defensivas y los centrales, David García y Bigas, se vieron en todo momento sobrepasados. Como si de una obra de teatro se tratase, representaron a la perfección el esperpento de Valle-Inclán. Chichizola no hizo ninguna parada de mérito y sus guantes parecían impregnados de mantequilla, puesto que las tocaba casi todas, pero no atajaba ninguna. Suspenso sin dudarlo para todos ellos.

En el centro del campo, Aquilani y Hernán no pararon de correr sin sentido, perdiendo el sitio en muchas ocasiones y llegando tarde en situaciones complicadas. Solo las ganas de Viera de intentar hacer algo diferente que cambiara el rumbo del partido le salvan de la sangría. En la punta de ataque, Momo tampoco estuvo acertado, el lunes se olvidó de cómo se debe centrar un balón y no desbordó en ningún momento, pero hay que agradecer la lucha de Calleri y la garra de Tannane.

En cuanto a los cambios, el equipo no mejoró en cuanto al juego, pero sí fue capaz de maquillar el resultado, gracias al empuje de Vitolo y a la inspiración del eléctrico Remy, ya que de Lemos, mejor ni hablar.

Sin embargo, llegados a este punto, también hay que decir que Las Palmas cuenta con varios jugadores capaces de echarse el equipo a la espalda para intentar revertir esta preocupante situación, como Vitolo o Loïc Remy precisamente, desequilibrantes, verticales y con mucho gol. 

Vitolo sale de una lesión que le ha lastrado en este comienzo de temporada, pero a medida que vaya cogiendo el ritmo, será sin duda uno de los jugadores más importantes del trío ofensivo amarillo. La temporada pasada fue uno de los artífices del Sevilla y su más que contrastada calidad, ayudará sin duda a mejorar el nivel mostrado por el equipo hasta ahora, esperemos que sea también en forma de resultados. Es el momento del canario, ya que, además, este año hay mundial y no querrá quedarse fuera de la lista definitiva de Lopetegui. Si le respetan las lesiones y puede coger ritmo a base de minutos, será determinante. 

El último en llegar a la disciplina canaria ha sido el francés Loïc Remy, jugador explosivo, un verdadero todoterreno. Es un portento tanto física como técnicamente, muy imprevisible, con regate y gol. Sin embargo, genera muchas dudas por culpa de las lesiones. La temporada pasada estuvo cedido en el Crystal Palace, procedente del Chelsea, pero solo pudo jugar 8 partidos en todo el año por culpa de las lesiones. Es un jugador que se caracteriza por tener un tren inferior fuerte, pero que ha convertido esta fortaleza en un hándicap a lo largo de su carrera, debido a un sinfín de problemas musculares. En los juegos fantasy, yo apostaría sin duda por él, por su forma de jugar y lo demostrado hasta el momento, lo normal es que tenga muy buenas puntuaciones, independientemente de que pueda hacer gol o no, pero habrá que cruzar los dedos para que tenga continuidad y le respeten las lesiones.

Por último, podríamos destacar a Vicente, otro de los llamados a devolver el equilibrio perdido y a mover con velocidad y criterio la pelota, sobre todo, después de comprobar que Aquilani no es el jugador de antaño, sus actuaciones están siendo bastante modestas y la velocidad nunca ha sido su fuerte, un aspecto que compromete al equipo cuando toca replegarse o correr hacia atrás para defender los contraataques. Las Palmas necesita con urgencia a Vicente y el canterano necesita al equipo para poder volver a ser feliz jugando al fútbol. No sabemos cuánto habrá que esperar todavía hasta que consiga estar físicamente a un nivel óptimo, pero la buena noticia es que ya está entrando y disfrutando de minutos, poco a poco. 

Ya en menor medida, Samper es otro de los jugadores que pueden ayudar notablemente a mejorar el juego dentro del campo. Se lesionó nada más llegar y no ha podido integrarse en la dinámica del equipo, pero ya está prácticamente recuperado y tiene calidad de sobra para hacer jugar a sus compañeros. Todavía tendrá que demostrar si su juego le viene bien al equipo, si es capaz de sumar en lo colectivo y si puede mejorar las deficientes puntuaciones de sus compañeros, pero pocas piezas quedan ya como alternativa para ese puesto de pivote, y Samper puede dar un golpe sobre la mesa, puesto que calidad le sobra.