Jesús Vallejo decide no pedir la renovación y dejará el Real Madrid en junio
Sábado, 10 de mayo del 2025 a las 18:45
El 30 de junio se cerrará, al fin, el capítulo más estoico y contemplativo del madridismo reciente: Jesús Vallejo dejará de pertenecer al Real Madrid. No por voluntad, ni por un giro profesional, sino porque hasta los contratos más largos tienen un final. Vallejo ha sido la figura silenciosa que, sin interrumpir jamás la narración, aparecía en los créditos con los títulos de campeón.
En un vestuario de galácticos, él fue el mueble auxiliar: discreto, inamovible, útil quizá en algún momento, pero jamás indispensable. Esta temporada ha disputado diez minutos. No más. Lo justo para recordar que seguía en plantilla. Superado con naturalidad por Asencio y Jacobo, dos canteranos que aún creen en el esfuerzo, Vallejo contempló su ocaso sin dramatismo, aferrado a su noble misión: cumplir su contrato con la misma fe con la que otros cumplen sueños.
Su palmarés, extenso y reluciente, es una ironía en sí mismo. Champions, Ligas, Copas… todos conquistados desde una distancia prudente, sin entrometerse en la gloria, sin mancharse las botas. Su carrera no ha sido un viaje, sino una sala de espera. Cómoda, climatizada y bien pagada.
Ahora se despide como vivió: sin hacer ruido. No habrá homenaje, ni lágrimas, ni siquiera debate. Solo una rendija de alivio institucional y un hueco libre en la foto oficial. Vallejo, que convirtió el arte de estar en una ciencia, deja su butaca del banquillo tras años de fidelidad pasiva. No será recordado por lo que hizo, sino por cuánto tiempo logró no hacerlo. Y aun así, irse con medallas colgadas al cuello. Algunos juegan por la gloria; otros, por el salario. Vallejo, simplemente, estuvo.
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