Viernes, 01 de marzo del 2013 a las 00:00

Babovic se perfila como sustituto de Apoño

Otra final en Getafe

El Zaragoza se exige ganar en el Coliseum para no caer en descenso y superar 8 jornadas sin vencer

Los ecos, en forma de reacción de la plantilla, de Manolo Jiménez y de la afición, de la devastadora actuación de Del Cerro Grande ante el Valencia, sumados a la sensación, o hasta certeza absoluta, de que el Zaragoza lleva demasiados puntos perdidos por culpa de las actuaciones de colegiados en este curso han tapado en cierta manera el carácter de compromiso absolutamente fundamental que tiene el partido en Getafe. Allí, en el Coliseum Alfonso Pérez, abre hoy el Zaragoza la 26 jornada cuando aún se conservan intactos en la memoria, y por siempre que será, los sonidos de la felicidad de 13.000 aficionados zaragocistas que celebraron la milagrosa salvación con un triunfo en ese feudo el 13 de mayo.

Casi diez meses después, vuelve el Zaragoza a ese escenario. Entonces, fue la última final. Hoy es una final en la que volverá a no estar Roberto y Alcolea ocupará la portería. No será definitiva, claro, porque quedan doce más, pero el rango de vital lo tiene cosido en la piel. Con solo dos puntos de renta sobre el descenso, el Zaragoza inicia la jornada con el pobre bagaje de tres puntos sobre 24 desde que ha empezado el 2013. La imagen en tres de los últimos cuatro partidos no es la de un equipo moribundo. Al contrario, mereció ganar en Málaga y al Valencia y no irse de vacío del Reyno. Pero en la Liga suman los puntos, no las sensaciones. No hay un campeonato de meritorios, hay un torneo donde el Zaragoza tiene la obligación inexcusable de recuperar la senda de la victoria.

Esas ocho jornadas sin vencer desde que lo hizo en San Mamés el 22 de diciembre solo conducen a una conclusión indudable. Al Zaragoza, que no le sobra nada, que tiene lagunas defensivas y que no es contundente en ataque, se le ha olvidado ganar. Por los árbitros, por los propios errores, por las virtudes del rival o por la conjunción de los astros lleva más de dos meses sin hacerlo en Liga. Y semejante racha ya le ha supuesto decir casi adiós a su renta. Si hoy no vence, vivirá a expensas de lo que haga el Celta el lunes en Sevilla. Si los vigueses asaltaran el Pizjuán, el equipo de Jiménez caería en descenso por primera vez.



LA AMENAZA En ese contexto, las alarmas que todavía no han sonado, que no son muchas, terminarían por dispararse. Porque además el calendario futuro no invita a ser muy optimista y en breve asomarán los dos grandes por La Romareda, aunque antes venga el Granada. Demasiadas razones para que el Zaragoza recupere su mejor versión viajera, la del bloque que muerde en la presión, está ordenado atrás y busca a Postiga con velocidad, además de arañar en la estrategia. Así funcionó para ganar en Granada, en Vallecas o en San Mamés, por poner solo tres ejemplos. Este equipo ha sido capaz de sumar 14 puntos como forastero y su capacidad a domicilio estuvo fuera de toda duda. Es el momento de recuperarla.

SIN ROBERTO Y CON STEFAN
Para tan decisiva final no estará Roberto, que no ha podido superar las molestias de un fuerte golpe lumbar, ni tampoco Leo Franco sancionado por inmolarse con una roja ante el Valencia. Así que el Zaragoza que no hace ni dos meses tenía tres porteros con experiencia en Primera --Doblas se fue en enero-- se juega la vida en Getafe con Alcolea, aunque vistos su aplomo y sus reflejos ante el Valencia se puede estar tranquilo. En Pablo parece haber portero de confianza. Sin el faro de Apoño, lesionado, todo apunta a que Jiménez mantendrá el 4-1-4-1 y que Babovic hará las funciones del andaluz.

El Getafe no cuenta con Lafita, por lo que el aragonés no se medirá al equipo de su vida, pero sí con otro ex, con Colunga, objeto de deseo zaragocista, y de media Liga, en enero y que ahora es imprescindible para Luis García. Cinco goles y tres asistencias en siete jornadas lo confirman. El equipo madrileño, afilado en ataque y con dudas atrás, divisa Europa a tres puntos y, aunque empezó el curso flojo en el casi siempre semivacío Coliseum, ahora lleva sin perder allí siete partidos, desde el 15 de noviembre, con cuatro victorias y tres empates. No será fácil asaltar de nuevo ese feudo, terreno talismán para el Zaragoza en la historia reciente, y será necesario que Muñiz Fernández no firme una actuación tan perjudicial como la que selló en La Romareda en la primera vuelta, donde pitó más que mal. La lesión de Delgado Ferreiro le ha puesto en el ojo del huracán. El Zaragoza no pide que le den, pero tampoco que le quiten. Y hasta ahora, Muñiz incluido, le han quitado demasiado para convertir el duelo de esta noche en una final. Otra en Getafe.

FUENTE: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/realzaragoza/otra-final-en-getafe_834614.html