Autor

Actualizado el Jueves, 23 de agosto del 2018

Obligada reparación antes de la inmersión

Complicado inicio de temporada para este nuevo Villarreal 17/18 con derrota inesperada e injusta como local en el debut liguero ante la Real Sociedad. Además, con una segunda jornada a la vista difícil con desplazamiento al Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que ha empezado muy enchufado y con la preparación adelantada por su “obligación“ de pasar las previas de la Europa League.

La pretemporada empezó con regresos ilusionantes, Cazorla, Pedraza y sobre todo Gerard Moreno, que va a ser una de las sensaciones de la temporada. Pero en la semana previa al inicio liguero hubo dos decisiones muy extrañas vistas desde fuera en la confección de la plantilla. La salida de los dos extremos más puros de banda, como son Cheryshev y Castillejo. En el caso del primero estaba claro que Calleja no contaba con él y su salida era cuestión tiempo. Más difícil de entender es la salida del malagueño, pese a que su fichaje por el Milan venga unido a la llegada del colombiano Bacca. Es cierto que con Raba, Cazorla, que es ambidiestro y puede jugar en cualquier sitio del medio campo, y el repescado Pedraza, que en la primera jornada actúo de lateral, tiene recambios. Lo discutible es si llegan al nivel de los que salieron. Incluso aunque como parece Calleja recupere el rombo del año pasado, que se vio obligado a abandonar al final de campaña por los resultados.

Pero entrando en el análisis del KO ante la Real y los problemas defensivos del submarino y su posible corrección de cara al partido ante el Sevilla, hubo errores de dos tipos. Individuales y graves de Funes Mori y Álvaro que costaron los dos goles y que voltearon un resultado pese que el submarino fue superior durante gran parte del choque. Pero también hubo desajustes lógicos teniendo en cuenta que de los cuatro defensas dos eran nuevos (Pedraza y Funes Mori) y los dos centrocampistas que actuaron por delante de la defensa fueron el canterano Morlanes, que va a dar que hablar, y el argentino Caseres. Dos peloteros magníficos pero muy jóvenes (19 Y 21 años) y que nunca habían jugado juntos. Esos desajustes evitaron alguna corrección al error de Álvaro en el segundo gol y permitieron a William Jose hacer daño recibiendo de espaldas y al espacio, pese a que los de Garitano no tuvieron el control de juego casi nunca durante los 90 minutos.

Lógicamente Calleja tiene varias misiones a partir del domingo en el Pizjuán. La primera afianzar el sistema defensivo para lo que es muy probable que vuelvan Víctor Ruiz y Jaume Costa (se lesionó horas antes de medirse a la Real) para recuperar el cuarteto defensivo del año pasado. En el caso del lateral zurdo su vuelta se hace si cabe más necesaria porque este Sevilla de Machín entra por bandas con dos auténticos puñales, sobre todo Jesús Navas.

La segunda decisión tiene que ver con el estado de Trigueros, que en cuanto se acerqué a su mejor nivel físico, aterrizará en el once para poner criterio y claridad con el balón. Por detrás Caseres tendrá la difícil labor de sustituir a un Rodri que el año pasado hizo un temporadón y cuya ausencia se nota y mucho. Es muy complicado encontrar un futbolista que abarque tanto campo y que tenga esa personalidad para pedir el balón y darle salida con tanta inteligencia.

Y la tercera decisión será apretar a Ekambi. Gerard Moreno ha empezado como acabó el ejercicio anterior en el Espanyol. En plan estelar: con gol, con desequilibrio, con detalles técnicos de máximo nivel y con una sensación de peligro en el área rival como muy pocos elegidos. Pero el francés estuvo frío, desconectado y jugando en ocasiones de forma individual. Por eso es probable que Bacca le dispute más pronto que tarde la posición de acompañante de Gerard.