El Real Valladolid y la peor gestión de la historia
En la temporada 2024-25, el Real Valladolid se ha visto sumergido en una crisis sin precedentes en la gestión de su plantilla, bajo la dirección de un director deportivo que suma enemigos en cada club por el que pasa: Domingos Catoira. Esta crisis no solo ha afectado el rendimiento en el campo, sino que ha generado un descontento generalizado entre la afición y los expertos, quienes ven en la planificación de la plantilla un ejemplo de cómo no se debe gestionar un equipo en la élite del fútbol español.
Para empezar, el ascenso a la primera división desencadenó la activación de opciones de compra obligatorias que, con el paso de los meses, se han revelado como decisiones poco acertadas. Stipe Biuk, comprado por 4 millones, Meseguer, adquirido por 3 millones de euros, Amath por 2 millones y André Ferreira por 1 millón, representan una inversión total de 10 millones en jugadores que, hasta la fecha, no han logrado justificar su precio. Meseguer, esperado como un refuerzo de peso en el centro del campo, ha tenido apariciones esporádicas y sin gran impacto, terminando saliendo en el mercado de enero. Amath, que prometía mucho por su velocidad y capacidad de desborde, ha sido relegado al banquillo y no ha logrado encontrar su sitio en el once titular. André Ferreira, por su parte, ha tenido muy pocas oportunidades bajo los tres palos, siendo suplente del indiscutible Karl Hein. Stipe Biuk tuvo que salir cedido porque su salario impedía su inscripción en LaLiga. Este gasto significativo sin rendimiento proporcional ha sido una de las críticas más duras hacia la gestión de Catoira, que tuvo que malvender y forzar la salida de Boyomo a Osasuna, por 5 millones, para minimizar las pérdidas generadas tras el ascenso.
Otra de las primeras y más alarmantes señales de la mala planificación a comienzos de temporada fue la ausencia de sustitutos para jugadores clave como Luis Pérez y Rosa. Desde el verano, el equipo ha carecido de opciones viables en los laterales. Luis Pérez, conocido por su capacidad para desequilibrar en la banda y su versatilidad defensiva, ha sido una pieza fundamental, pero sin un reemplazo adecuado, el equipo ha tenido problemas para mantener la consistencia en su juego. Rosa, por su parte, ha sido vital en la banda izquierda y su falta de alternativas ha dejado al Valladolid vulnerable en esa demarcación, especialmente en los partidos donde las rotaciones eran necesarias entre Liga y Copa, o cuando ha habido alguna de las muchas intersemanales que nos ha deparado el calendario actual.
Sin lugar a dudas, otro ejemplo flagrante de mala gestión ha sido el fichaje de Juan Miguel Latasa por 2.5 millones de euros por el 50% de sus derechos. Este traspaso ha sido considerado por muchos como inexplicable, dado que Latasa ha tenido un impacto paupérrimo en el equipo. Su rendimiento no ha estado a la altura de las expectativas creadas por su precio, y la inversión ha sido vista como un despilfarro en un mercado donde el Real Valladolid necesitaba refuerzos de calidad en otras demarcaciones. Cero goles y un tiro a puerta en 14 partidos que ha disputado.
El caso de Juma Bah ha sido otro síntoma de la falta de visión a largo plazo. El joven talento, que prometía ser uno de los pilares del equipo en el futuro, no fue blindado a tiempo con una renovación de contrato, permitiendo su salida a mediados de enero, pasando a ser propiedad del Manchester City. Esta pérdida ha sido doblemente dolorosa porque no solo se ha ido un jugador prometedor a bajo coste, sino que su marcha ha dejado un hueco evidente en la defensa, además de enviar un mensaje negativo a la cantera sobre el compromiso del club con sus promesas. Kike Pérez, un mediocentro con visión y capacidad de distribución, también optó por abandonar el barco a mitad de temporada, rumbo a Italia. Su partida dejará al Valladolid sin uno de sus cerebros en el mediocampo, justo cuando el equipo necesitaba cohesión y experiencia para enfrentar la dura competencia de primera división.
Por último, la presencia de jugadores como Kenedy y Machís en la plantilla ha sido una constante fuente de críticas. Ambos, con contratos que no justifican su poco protagonismo en el equipo, han servido principalmente para incrementar la masa salarial sin aportar en el terreno de juego. Cada jornada, estos jugadores son descartes, evidenciando la falta de planificación y selección en la confección de la plantilla.
A fecha del 26 de enero, la inacción en el mercado de fichajes ha sido palpable. Sin nuevas incorporaciones, el Real Valladolid ha tenido que afrontar el arranque de la segunda mitad de la temporada con los mismos problemas, sin soluciones visibles ni nuevas caras que puedan revitalizar el proyecto deportivo. Los fichajes llegarán, o deberían, pero esta situación ha llevado a muchos a cuestionar no solo la capacidad de Domingos Catoira para gestionar el equipo, sino también la estrategia a largo plazo del club, que parece estar naufragando en un mar de decisiones erróneas y oportunidades perdidas. Colistas y con pocos meses por delante para revertir la situación. Y es que el cambio de entrenador, de Paulo Pezzolano a Diego Cocca, podría no ser suficiente para evitar el desastre.

Tomy Gavaldá
Redactor FutbolFantasyCEO y administrador de FutbolFantasy.com desde 2011. Programador informático y desarrollador de aplicaciones multiplataforma. Redactor jefe, community manager y streamer.