Sábado, 08 de agosto del 2015 a las 15:15

Digard se asegura un puesto en la medular tras su rendimiento en pretemporada

En un minuto y medio hizo un gesto, alzó la voz, miró a los ojos a sus compañeros y reordenó un centro del campo que durante la primera mitad había naufragado ante un Recreativo de Huelva que no había pasado de voluntarioso. Didier Digard sabe que ha venido a Heliópolis para ser y ejercer de jefe y está dispuesto a hacerlo. Su sola presencia en la medular dio otro empaque al equipo, juntó las líneas y y el centro del campo se movió a un solo son.

Digard salió tras el descanso en el Colombino y el Betis cambió de cara como quien pasa de la noche al día. Fue otro equipo. No sólo funcionó mejor en su conjunto el equipo verdiblanco, sino que también mejoraron las individualidades. El ejemplo más evidente y rotundo es el de Petros. El brasileño se había mostrado incómodo, perdido, sin sitio durante el primer periodo. No terminaba de encontrar su posición en una línea de tres con Xavi Torres y N'Diaye. Tras el descanso, el mediocampo pasó a ser cosa de dos y el brasileño mejoró muchísimo junto a Digard. Presionó donde debía presionar y se incorporó al ataque con peligro, gracias a la libertad que otorga tener al jefe cubriéndote las espaldas por detrás.

Digard fue el principal objetivo de Pepe Mel para reforzar el centro del campo hace dos temporadas. Entonces, ni la habilidad de Stosic, ni la cicatería de Bosch, consiguieron sacarlo del Niza. Este verano sí ha conseguido Eduardo Maciá llevar la gestión a buen puerto y los béticos pueden estar satisfechos. Es el líder que necesitaba el equipo en el medio desde la marcha de Iriney. Es un jugador con mando en plaza que ha sabido ganarse el respeto de sus compañeros en un tiempo récord. También la buena pretemporada de N'Diaye tiene mucho que ver con la presencia a su lado de un jugador como Digard, alguien que hace mejores a sus compañeros.