Amistoso 2016/17
Domingo, 07 de agosto del 2016 a las 21:30h
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Cagliari
Domingo, 07 de agosto del 2016 a las 22:09

Crónica del amistoso: Las Palmas 1-0 Cagliari

UD LAS PALMAS, 1: Javi Varas; Michel, David García, Bigas, Dani Castellano; Momo, Roque, Vicente Gómez, Boateng, Jonathan Viera y Livaja. También jugaron: Raúl Lizoain, Asdrúbal, Tyronne, David Simón, Araujo, Aythami, Nabil El Zhar, Leo, Benito, Borja, Montoro, Arencibia. Entrenador: Quique Setién. 

CAGLIARI CALCIO, 0: Rafael; Piscane, Di Gennaro, Padoni, Ionita, Ceppitelli, Capuano, Deiola, Pajac, Sau y Salamón.  También jugaron: Colombo, Storari, Bruno Alves, Krajnc, Munari, Barella, Tetteh, Murru, Arras, Pennington, Oliveira y Piras. Entrenador: Rastelli. 

GOLES: 1-0 min. 42 Michel Macedo.

La UD Las Palmas lleva a su sala de trofeos por segunda vez la escultura preciosa del Faro de Maspalomas, como ocurrió en 2008. El equipo de Quique Setién saldó con dos victorias sus partidos ante Marítimo (2-1) y Cagliari Calcio (1-0), este último a modo de final del triangular. Los amarillos dominaron por completo a su rival, negándoles el balón hasta el grado de tenerle contra las cuerdas durante muchos minutos. El mérito del equipo grancanario fue poderlo hacer con titulares teóricos, reservas y hasta con sus futbolistas del filial. El gol de Michel Macedo, además, fue una obra de arte, tanto en la producción (de Viera) como en la ejecución (del brasileño).

Si hay un pero para la victoria mínima es precisamente que tanto control y ocasiones no tuviera un mayor reflejo en el marcador final. Pero siembra tranquilidad el comprobar que ante dos adversarios de Primera División, los amarillos ya son reconocibles en su juego, que está sano, es el que gobierna en el partido y que físicamente todos muestran un buen tono general.

Cagliari se fue apagando
Sin duda, los amarillos asumieron este domingo la prueba ante el más cualificado rival de los que se han encontrado en el verano. Las pautas del juego grancanario siguieron en crecimiento, especialmente valorada en la primera mitad cuando ambos conjuntos tenían sobre el campo del Municipal de Maspalomas a muchos de sus teóricos titulares.

La progresión del juego amarillo era evidente. Las señas de identidad estaban claras, con un juego basado en la construcción del trenzado. Empezaba por Roque, seguía por Viera y en vanguardia se iban entendiendo el resto de los componentes. Incluso el debutante Boateng, que hizo esfuerzos por encajar en el modelo al que recientemente ha llegado. El berlinés dejó pinceladas de su calidad: explosivo en algunas arrancadas, con visión y buen gusto. No le será difícil entenderse con los jugones amarillos; sólo va a necesitar voluntad y el sacrificio que tan exigente estilo de juego requiere.

Cagliari jugaba sus bazas. Los italianos tenían especialmente peligro en las contras, que desarrollaban con las dos 'uves': verticalidad y velocidad. Pero el repliegue grancanario también lo era. Varas no dejó sentir en sus proximidades el peligro pero sí, a medida que avanzaban los minutos, su colega Rafael.

Un golazo para reventar el marcador
Las Palmas combinó con paciencia. Viera agitó su batuta con alguna exquisitez y así llegó el golazo que abrió la noche. El nuevo 21 de la UD fabricó un pase en profundidad a Michel Macedo, que se había desmarcado de forma sorpresiva. Y el brasileño enganchó un gran disparo, haciendo bueno el servicio de su compañero e inútil la estirada del portero.

Livaja y Momo también pudieron incrementar la cuenta, que permitía a Las Palmas soñar con el segundo de los Faros de Maspalomas que podría llevar a su sala de trofeos.

La dirección del partido en la segunda mitad fue idéntica, quizá mejor para los grancanarios. Las Palmas abusó de balón hasta marear a su rival, que no hacer otra cosa que defenderse y lanzar algún intento desde muy lejos.

Las ocasiones de este periodo fueron canarias, tanto con los teóricos titulares como con los hombres de reserva. Cagliari acabó perdiendo los nervios. Su jugador Murru hizo una entrada peligrosa a Araujo y fue expulsado. Pero la UD siguió a lo suyo, erosiva con su rival. Marcó dos tantos más en la recta final, obras de Carlos González y Araujo, pero ambos fueron anulados por fueras de juego.